Pocas empresas se colocan en marcha sin una base de capital privado, aun cuando estamos en la era actual de recursos gratuitos, como la comunicación digital y el crowdfunding. Lograr que el capital invertido en la empresa sea impresionante para los inversores experimentados y así convencerlos de que este es el negocio ideal, más que cualquier otro negocio, es digno de llevarse tiempo y dinero.

En principio podría decirse que los inversores toman sus decisiones basados en el plan de negocios que la empresa tenga, de hecho uno de los factores más relevantes para un inversor de experiencia es la trayectoria de crecimiento y las proyecciones que tiene la empresa. Pero hay otra serie de factores que son igual de importantes para la mayoría de inversores y esto está basado en la personalidad de sus socios. Los inversores con frecuencia se dan cuenta de que un empresario con la personalidad equivocada puede arruinar las posibilidades de un negocio brillante.

Estos son los rasgos de la personalidad que establecen los inversores a la hora de elegir dónde colocar su dinero:

1) Sinceridad

Lo primero es lo primero: si tú sales como un comercializador de aceite de serpiente desesperado por poner manos sobre el capital de la empresa, quizá obviando algunas falencias del producto, te llegues a convertir rápidamente en accionista de la empresa. Este tipo de personas son poco confiables ya que en su lista de omisiones puede dar lugar al engaño; así que si tu como encargado de seleccionar a los empresarios, te sientes engañado o que no te están mostrado todo con sinceridad, tú reputación podría caerse al instante.

Es mucho mejor admitir honestamente algunas carencias del producto en lugar de encubrirlas y es mucho mejor actuar con una personalidad verdadera que adoptar una falsa.

2) Carisma

El carisma es una cualidad intangible con múltiples definiciones, pero en esencia, es un nivel de simpatía o encanto que atrae a otras personas. Inicialmente no se puede considerar la “simpatía” como un rasgo clave en el funcionamiento del negocio; después de todo el empresario necesita establecer decisiones objetivas, sin emociones en beneficio de la empresa ante cualquier consideración de interés humano. Pero al mismo tiempo, los empresarios son líderes.

Los empresarios son los responsables de la construcción y el mantenimiento del equipo y siempre impulsarán el negocio hacia adelante, pero además son los responsables de la atracción de la ronda de clientes iniciales; para ello necesitan cierto nivel de carisma y los empresarios buscan esta cualidad en los inversores potenciales.

3) Pasión

Si se llega a una reunión de inversionistas y simplemente se habla de números con una voz monótona, los inversores no quedarán impresionados. Pero si por el contrario, entras por la puerta a la reunión visiblemente emocionado por tu idea, hasta el punto de casi no poder calmarte, los inversionistas no podrán resistirse al contagio de aunque sea un poco de entusiasmo.

La pasión hace que las personas trabajen más duro y más satisfechos en el proceso de llevar a cabo sus objetivos. Sin pasión los empresarios son más propensos a renunciar cuando los problemas los asedian y son mucho menos dispuestos a correr riesgos esenciales para llevar el negocio adelante. Nunca tengas miedo de mostrar tu entusiasmo.

4) Humildad

Mientras el carisma y la pasión pueden estar asociados con la odiosidad, incluso con la arrogancia; un nivel de humildad es también importante para los empresarios. Los empresarios tienen que estar conectados a tierra con humildad por varias razones.

En primer lugar, tienen que estar dispuestos a escuchar opiniones externas. Como empresario, no lo sabes todo y no estas exento de cometer errores. Ser lo suficientemente humilde para escuchar las ideas externas es imprescindible para mejorar el negocio.

En segundo lugar, tienen que entender que no todo va a ser perfecto. El empresario humilde entiende que los errores y las dificultades hacen parte del camino hacia el éxito. Esta humildad conduce a una mayor reflexión a largo plazo y a las respuestas más racionales ante una crisis.

5) Ambición

Por último, a los ojos de los inversores, los empresarios tienen que ser ambiciosos y tener hambre de éxito. Los inversores buscan oportunidades de hacer más dinero, por lo que necesitan ver en los dueños del negocio el deseo igualitario de ganar dinero.

Las personas ambiciosas son mucho más propensas a crear metas y son mucho más tenaces a la hora de afrontar problemas. Son personas así, las que se enfocan en el futuro de la empresa, lo que les permite ser más sabios al tomar decisiones a largo plazo, que si limitan las decisiones por estar preocupados en el día a día. Tienes que desear el éxito para ganarlo.

Obviamente, es difícil cambiar de personalidad y más aún fingir ser alguien que no eres. Pero se puede, a través de consideraciones cuidadosas “colocar un pie adelante”, que sirva como escaparate a los rasgos de personalidad que tienes y que te hacen estar más ajustado al modelo de negocio en la actualidad.

No tengas miedo a reconocer estos factores en una conversación y contar historias sobre experiencias pasadas que validan tu calidad de empresario ya que los inversionistas potenciales que se involucran lo hacen primeramente por la persona que es el empresario y las cualidades que refleja en su vida.

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