Tener dominio propio es muy importante en la vida de cualquier persona. Pero para saber qué significa dominio propio, primero debes tener definidas tres áreas en tu vida: relación, temor y consagración a Dios. El dominio propio no nace de la noche a la mañana, ya que este va a depender del amor, el temor y la vida de consagración que tengas con Dios.
Tabla de contenido
Significado de dominio propio
Debemos entender que es dominio propio el control y la disciplina que tenemos sobre nosotros mismos, una cualidad que también se conoce como «templanza». Se trata de la capacidad que nos permite controlar nuestras acciones y emociones, y no que estas nos controlen. Tener dominio propio nos brinda la posibilidad de elegir lo que queremos sentir en cada momento de nuestra vida.
Nosotros somos los que hacemos de nuestra vida lo que deseamos, ya que de las pequeñas y grandes elecciones depende nuestra existencia; tenemos la posibilidad de hacer feliz o no nuestra vida, a pesar de los acontecimientos externos.
El dominio propio es un valor personal que debería formar parte del carácter de un ser humano; ya que es poder, fuerza, autoridad o control que ejerce una persona sobre sí misma para hablar y accionar.
Otras definiciones de dominio propio
Sin embargo, existen varias definiciones para el “dominio propio”, pero al final todas ellas llevan a la capacidad de controlarnos a nosotros mismos, pasando por la autoridad y el control. Algunas de esas definiciones son:
1. El dominio propio es la capacidad que nos permite controlar a nosotros mismos, nuestras emociones y no que estas nos controlen a nosotros; brindándonos la posibilidad de elegir lo que queremos sentir en cada momento de nuestra vida.
2. El término «dominio propio», como tal, aparece varias veces en la Biblia y se enseña ampliamente tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. Dominio propio, control sobre uno mismo (enkrateia) se traduce «templanza» o «dominio propio».
3. Dominio propio es un valor personal que debería formar parte del carácter de un ser humano; además según la Biblia, el dominio propio es el último de los frutos del Espíritu Santo de Dios; y según el diccionario es poder, fuerza, autoridad o control que ejerce una persona sobre sí misma para hablar y accionar.
4. Dominio propio significa que tú controlas tus pensamientos, sentimientos y acciones en lugar de que ellos te controlen a ti. Es manejar el enojo sin herir a nadie; es poder parar de jugar o de leer porque sabes que necesitas la cantidad apropiada de tiempo para dormir.
5. El Dominio Propio es la habilidad, que permite a una persona suprimir sus inclinaciones naturales egoístas, y controlar sus pensamientos, palabras, actitudes y acciones, para sí mismo y la sociedad.
Cómo ejercitar el dominio propio
No importa qué tipo de problema tengamos en nuestras vidas, el dominio propio entra en juego en todas las áreas. Si no nos disciplinamos, nuestras emociones nos dominarán y nuestra vida será Infeliz.
Ejercer dominio propio significa vivir con moderación. Todo en la vida requiere de decisiones de calidad y disciplina para que esto suceda. Muchos de nuestros problemas son el resultado directo de la falta de disciplina.
Las deudas financieras ocurren cuando no podemos controlar nuestros hábitos de gasto, la mala salud le sigue cuando no podemos controlar nuestros hábitos alimenticios, etc. Si te encuentras en una situación que parece abrumadora para salir de ella, mucha disciplina y dominio propio pueden ser necesarios.
Dominio propio – psicología
Los acontecimientos no son los que manejan nuestra vida, sino nosotros mismos. Debemos controlar y manejar nuestra felicidad dependiendo de la interpretación que hacemos de ellos. Somos lo que pensamos y si aprendemos a controlar nuestros pensamientos también podremos dominar nuestras emociones.
Todas las sensaciones llegan precedidas por un pensamiento y sin la función del cerebro no se pueden experimentar dichas sensaciones. Entonces, si se controlan los pensamientos, las sensaciones y sentimientos que vienen de los pensamientos, se puede decir que ya eres capaz de tener autocontrol o un dominio propio.
El dominio propio podría considerarse como uno de los factores de mayor importancia en lo que es la personalidad de un individuo. Y realmente representa mucho para una persona, ya que sirve como guía a la manera o forma de actuar de determinada persona.
Cómo se pierde el dominio propio
Por lo general el origen de la pérdida del dominio propio es el deseo de que todos sean como nosotros, con nuestras mismas reacciones y comportamientos. Pero la pérdida del dominio propio no es algo innato al ser humano, sino un hábito adquirido.
Las ocasiones en las que surge son frecuentes y comunes a todas las personas. El simple hecho de conducir parece incitar al enfado contra otros conductores, los atascos, los juegos competitivos, los impuestos, la impuntualidad o cometer un error u olvidar una frase. En cualquier caso, la pérdida del dominio propio no sólo resulta molesta e inútil para aportar soluciones, sino que incluso nos impide disfrutar del momento y de la situación.
Suele considerarse normal y un signo de carácter y hasta de entusiasmo, pero realmente la pérdida del dominio propio en su extremo tiene efectos sobre lo físico y lo psicológico. Por otro lado, interfiere en las relaciones personales por ser un obstáculo en la comunicación y favorecer la culpabilidad y la depresión.
No se puede dejar de sentir desilusión, frustración o enfado, pero sí evitar que la ira nos domine y afecte a nuestra vida. Resulta paradójico que, para superar este sentimiento, originado por nuestro deseo de controlar a los demás, es precisamente no dejarnos dominar por ellos ni por los sentimientos que nos inspiran. Y para esto, no hay como tener una buena opinión de uno mismo.
Consecuencias de no tener dominio propio
Cuando no tenemos dominio propio somos como un barco a la deriva. Las olas lo llevan de un lado a otro. Así sucede con las personas cuando NO practicamos el dominio propio; y, esta es una de las consecuencias más graves. Vivir la vida como se va presentando, pensando “según lo que pase vamos viendo”, sin planificar, sin metas, sin objetivos, sin sueños, vivir el presente sin mirar el futuro.
Todos en alguna medida carecemos de dominio propio, en alguna medida lo practicamos; cuando se vive con la ausencia de este, hay una batalla permanente consigo mismo porque queremos que todo salga bien y, por el contrario, sale mal, o simplemente no sale. Esto se debe a que la falta de dominio propio nos lleva a ser imprudentes, tomar decisiones equivocadas, ejecutar acciones apresuradas que terminan en fracasos, o arrepentimientos; nos lleva a ser inseguros y temerosos, a tener baja autoestima, a hacer lo incorrecto, a destruir relaciones y muchas cosas más que nos impiden alcanzar el éxito.
Si meditamos en esto, entendemos que es un problema, peor aún es que muchos no saben que lo es. Cuando se vive sin dominio propio, obligatoriamente llega el momento en que los problemas que ocasiona permiten que reaccionemos y deseemos hacer cambios para mejorar y evitar sus consecuencias.
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Ejemplos de dominio propio
Imagina a un niño haciendo berrinche, diciendo frases grotescas y lanzando sus juguetes solo porque no obtuvo lo que quería. 20 años después, imaginemos al mismo niño, ahora ya hombre, gritándole a su jefe (pronto ex jefe) por hacerle reescribir un informe. Esa sería la versión de una persona sin dominio propio. Una versión diferente, con dominó propio, sería el que acepte las críticas y obedece sin quejarse.
Ejemplos cotidianos como este demuestran cuán necesario es el dominó propio (control sobre nosotros mismos) en nuestra vida diaria.
Pero un ejemplo a seguir es Cristo, perfecto en todos los aspectos, ya que nadie podría ilustrar el dominio propio mejor que Él. La vida de Jesucristo como ser humano es una de las historias sobre dominio propio más clara e insuperable; no solo al enfrentar la evidente tentación de Satanás, sino durante todo su trayecto.
Dominio propio para niños
Durante los últimos años hemos visto gran cantidad de niños que parecen no tener límites. Les pegan a sus madres, les jalan el cabello, se pelean con otros niños, etc.; y las mamás lo único que hacen es suplicarles que no lo hagan, sentirse avergonzadas o frustradas ante el comportamiento de sus hijos.
Esto se presenta porque los niños han perdido el respeto a sus padres, hacen lo que quieren, no tienen límites… El dominio propio parece ser una de las áreas más importantes a desarrollar en un niño.
¿Cómo se si mi hijo tiene dominio propio?
Cómo enseñar dominio propio a los niños
#1 Honrar a los padres. Las cosas que enseñemos a nuestros hijos son las que ellos harán de grandes. Si queremos desarrollar dominio propio en nuestros hijos debemos entrenarlos a obedecer a sus padres. El niño que honra a sus padres: habla respetuosamente, dice la verdad, es humilde, y piensa en los demás.
#2 Corrección. Asociar algo desagradable con hacer lo malo. Los padres debemos hacer desagradable al niño el desobedecer. No debemos nunca recompensar la desobediencia. Cuando el niño hace lo que quiere pone en riesgo su seguridad y la de otros. Si relaciona el desobedecer con algo desagradable, entonces cada vez que tenga el deseo de hacer lo malo, recordará eso y decidirá no hacerlo.
#3 Proactivo. Instruirlos en lo que queremos. No esperar a que nuestro hijo haga lo malo para corregirlo. Mejor es enseñarle a hacer lo bueno para que no necesite mucha corrección, y recompensar cada vez que haya obediencia con ánimo, abrazos y sonrisas.
#4 Sin opción. No dar opción a desobedecer. Si el papá ha decidido que algo se haga, entonces debe decirlo al niño de manera firme y clara, y no darle opción. Cuando damos opciones o sugerencias, les damos el derecho de decir no. El niño ve esto como una oportunidad de hacer lo que quiere.
#5 Jugando. El juego es una forma de enseñar a los niños a obedecer. Podemos jugar al juego de la obediencia, este consiste en que alguien da órdenes como agacharse, venir, quedarse quietos, ir a cierto lugar, no hablar, etc. y otros deben obedecer. Hay otros juegos que requieren de dominio propio como el ajedrez.
El dominio propio crea hombres y mujeres fuertes y maravillosos. Es nuestra labor como padres el entrenarlos para que lo tengan. Instruyendo a nuestros hijos, haciendo que nos obedezcan, estamos generando un buen futuro en cuanto a sus pensamientos, palabras, actitudes y acciones.
Consecuencias de la falta de dominio propio en los niños
Los niños con poco dominio propio tienden a ser agresivos, y a experimentar problemas de ansiedad y depresión. En el largo plazo, tenderán a ser obesos, fumadores, dependientes del alcohol o drogas o de relaciones destructivas.
También tienen más posibilidades de cometer crímenes, vivir en la pobreza, tener una vida más corta y sufrir enfermedades cardiacas. En otras investigaciones se ha demostrado que no tendrán un buen desempeño en la escuela.
Ejemplos de dominio propio para niños
En términos simples, el dominio propio es la capacidad de estar frente a una porción de torta de chocolate, y no comerla; accidentalmente dar clic a un enlace con contenido explícito e inmediatamente cerrarlo; comenzar a escuchar un malicioso chiste, pero no terminar de oírlo. El dominio propio es rechazar la tentación.
Se han hecho diversos estudios con niños a los que les proponen comer dos dulces si esperan 10 o 15 minutos frente a una vasija con muchas golosinas. Se trata del Experimento de Marshmallow, realizado por Mischel a partir de 1957 para analizar la capacidad de los niños para demorar la gratificación.
Según Mischel los niños que logran una demora de la gratificación autoimpuesta son quienes en su adolescencia obtendrán mejores resultados en los planos académico y social. En la teoría propuesta por Freud se considera que los niños no podrían desarrollar un control autoimpuesto de los impulsos. Mischel, considerando los resultados obtenidos, pensaba haber interpelado la hipótesis freudiana del control de los impulsos en niños.
Pero, las réplicas de las pruebas, realizadas por el propio Mischel, indican que el 70% de los niños no pudo demorar la gratificación, mientras que solo el 30% logró hacerlo. Se concluye entonces que los estudios dentro del paradigma Mischel parecen confirmar más que poner en duda las ideas de Freud.
Fuente
Via | Conemprendimiento
Psicosis | http://www.psicopsi.com/
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