Cuando las cosas no salen de la manera en que nos gustaría, frecuentemente es el resultado de no hacernos las preguntas correctas. Algunas de estas preguntas son duras de confrontar porque tenemos miedo de no obtener las respuestas que queremos, otras veces porque realmente no queremos conocer las respuestas.

Pero las cosas en la vida nunca son realmente fáciles y salir corriendo frente a las preguntas fundamentales de la vida es de seguro el mejor camino hacia la mediocridad. Creo que Sócrates lo sintetizó de la mejor manera posible al afirmar:

“Una existencia sin examinar es una existencia que no merece la pena ser vivida”.

La observación de Sócrates también aplica al mundo de los negocios. Cuando Eric Schmidt fue CEO de Google, él dijo: “Dirigimos esta compañía con base en preguntas, no en respuestas”.

La vida, como los negocios, gira en torno a preguntas, no en respuestas. Demos una mirada más de cerca a algunas de esas preguntas difíciles que deberíamos preguntarnos a nosotros mismos de manera más frecuente.

1. ¿Qué tan diferente me ven los demás de como yo me veo a mí mismo?

¿Has grabado alguna vez tu voz y pensado; “Esa es la forma en la que realmente sueno? Porque debido a la forma en la que la voz viaja a través del cráneo, realmente nunca nos escuchamos a nosotros mismos de la misma manera en que los demás nos escuchan. Lo mismo es frecuentemente cierto para la forma en que nos comportamos. Nosotros interpretamos nuestro comportamiento en los términos en los que nosotros pensamos, donde los demás ven las cosas como realmente son. Desde una perspectiva de 360 grados se obtiene una mejor visión de las cosas. Reúne retroalimentación que sea constructiva, anónima y exacta. Si te adelantas y pides esa retroalimentación, asegúrate hacer que esa retroalimentación sea sobre un punto específico, evitando cuestiones demasiado amplias y generalizaciones. Por ejemplo, es más probable que obtengas una respuesta honesta y exacta a preguntas como: “¿Cómo maneje está situación en aquella reunión cuando todos estaban en desacuerdo conmigo?” Que a preguntas como: “¿soy un buen jefe?”. Y se cuidadoso mostrando que eres receptivo de esa retroalimentación. Si te deslizas hacia la defensiva cada vez que alguien muestra su modo de pensar abiertamente, es probable que paren de hacerlo debido a su inteligencia emocional.

2. ¿Qué he hecho hoy de una manera mejor?

Esa es otra manera de decir: “Deja las cosas mejor que cuando las encontraste”. Finalizar cada día preguntándote qué hiciste mejor o con quién hiciste mejor las cosas, es una gran forma de mantenerte aterrizado y enfocado en lo que es realmente importante.

3. ¿Estoy siendo fiel a mis valores?

¿Sientes a veces ese sentimiento de que algo está un poco perdido en tu vida? Esto generalmente pasa cuando ciertos comportamientos no deseados se acoplan a tu vida y contrarían tus valores. Si permanecer más tiempo con tu familia es uno de tus valores principales, pero pasas tiempo trabajando hasta tarde en la noche, hay un conflicto. Si quieres que esa voz de regaño en tu cerebro se vaya lejos, tú tienes que empezar a hacer algo al respecto y ser fiel a tus valores fundamentales.

4. ¿Si logrará todas mis metas cómo me sentiría? ¿Qué puedo hacer para sentir que verdaderamente me encamino al logro de mis metas?

La habilidad para posponer los placeres en la persecución de tus metas es uno de los fundamentales requisitos hacia el éxito, pero posponer los placeres no significa que tengas que ser miserable hasta que logres todas tus metas. Tú puedes lograr más – y tener más diversión haciéndolo- si dejas que algo de placer se cuele en el camino.

5. ¿Qué cosa no me he tomado el tiempo de aprender?

Hay un mundo grande ahí fuera. Y se vuelve más grande y complejo todo el tiempo. Los científicos han teorizado que una vez al mundo le tomaba más de 1500 años para doblar el conocimiento acumulado, hoy solamente toma un año o dos. No te quedes atrás y busca aprende cosas nuevas.

6. ¿En qué áreas de mi vida me he acomodado?

Cuando tú te acomodas, aceptas una situación de menor valor de aquello de lo que eres capaz. Algunas veces nos acomodamos en empleos de baja cualificación. Otras veces nos establecemos en relaciones tóxicas. Si no te preguntas a ti mismo en qué situación te has acomodado, será difícil salir de ahí.

7. ¿Cómo quiero que mi vida sea dentro de 5 años?

Lewis Carroll dijo una vez: “Si no sabes hacia donde te diriges, cualquier camino te servirá”. El asunto es que, una vez que tienes un destino en mente, tú puedes planear la ruta. Cinco años es una estructura de tiempo perfecta. No es algo muy lejano en el futuro, de manera que no puedas imaginarte ahí, y tampoco es muy cerca al presente, de manera que puedas hacer muy poco al respecto.

8. ¿Qué haría si no tuviese miedo a nada?

Desde una perspectiva de sobrevivencia, el miedo tiene su propósito. Es lo que nos mantiene alejados del borde de un precipicio y de cualquier otro millón de cosas que pueden herirnos o matarnos. Pero el miedo es una inclinación que debe tender a superarse. En lugar de mantenernos a salvo, nos mantiene lejos de mejorar nuestras vidas y alcanzar nuestros sueños.

9. ¿Quién tiene las cualidades que yo aspiro a desarrollar?

Cuando la gente tiene cualidades que tú admiras, es un gran ejercicio reflexionar en esas cualidades y pensar en formas en las que puedas incorporarlas dentro de tu propio repertorio de valores y habilidades.

10. ¿Qué problemas estoy solucionando ahora?

¿Has estado en una reunión y te has dado cuenta de que no todo el mundo está teniendo la misma conversación? No por que estemos hablando unos de otros, sino porque tenemos diferentes ideas acerca del propósito de la discusión. Algunas veces es de utilidad poner el tema sobre la pizarra cuando estás en una reunión. Esto hace que todos tengan en cuenta por qué están donde están.

11. ¿Qué es lo que me detiene de hacer las cosas que debería estar haciendo?

Es fácil encoger los hombros y decir: “No sé qué hacer”, pero eso es simplemente una excusa. La mayor parte del tiempo nosotros sabemos que es lo que deberíamos estar haciendo. Simplemente que no estamos dispuestos a remover los obstáculos que nos impiden hacer lo que deberíamos hacer.

12. ¿Yo mismo sería mi maestro?

Es una cuestión bastante espinosa e intimidante. Pero pocas personas no las responderían. Cada uno de nosotros se siente bien siendo tenido como modelo a seguir, y se siente bien compartir nuestro conocimiento con otros.

13. ¿Cuál es la lección más importante que he aprendido en mi vida? ¿Estoy viviendo esa lección?

Algunas veces la vida deja que caigamos en la complacencia para luego enseñarnos una poderosa lección dos veces. Es problema con esto es que es como un rudo despertar cuando aprendemos la lección por segunda vez. Vivir lo que has aprendido es un camino claro hacia el crecimiento personal y evita que caigas en los errores que cometiste al comienzo de tu aprendizaje.

Resumiendo

Preguntar las cuestiones difíciles de la vida puede llegar a ser extremadamente incómodo. Pero no aprendemos ni crecemos si nos quedamos atados a lo que se nos muestra confortable.

¿Qué otras preguntas crees que la gente debería preguntarse? Deja tus opiniones en la sección de comentarios.

Fuente: 13 Questions That Will Change Your Life (The Huffington Post)
Síguenos en Twitter: @Conemprendimien

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Abrir

Close